Pese a las amenazas de Estados Unidos, la unión no vetará a la empresa china de telecomunicaciones. Eso sí, tendrá restricciones especiales.
Por: José Carlos García R, BLU Radio
Esta es, luego de muchos meses, una semana de respiro para Huawei en su lucha contra la estigmatización adelantada por Estados Unidos, en el marco de una cruda pelea de tipo económico con China.
Pese a las amenazas y presiones del gobierno de Trump a países europeos de no usar la tecnología de telecomunicaciones de Huawei en sus próximas redes de 5G, tanto el Reino Unido, como la Unión Europea, dieron un portazo a tales pretensiones y anunciaron que sí permitirán a la compañía asiática participar en el despliegue de redes nacionales de comunicaciones.
No aprobar el veto instado por Estados Unidos es una noticia que Huawei recibió, por su puesto, con optimismo: “Esta decisión sobre la seguridad de 5G, tomada de forma imparcial y basada en evidencias, permite a Europa tener una red 5G más segura y rápida. Huawei ha estado presente en Europa durante casi 20 años y tiene un sólido historial en materia de seguridad. Continuaremos trabajando con los gobiernos europeos y la industria para desarrollar estándares comunes que fortalezcan la seguridad y fiabilidad de la red”, señaló la empresa en un comunicado público.
Sí, pero con restricciones
La Unión Europea considera que Huawei, y demás proveedores interesados en proponer sus tecnologías para redes de telecomunicaciones en dichos países, deben cumplir con un protocolo previo basado en tres puntos.
En primer lugar, que cada país pueda aplicar las exclusiones y restricciones que crea convenientes a los proveedores, en cuanto al control de acceso a información, por ejemplo, o a la tercerización de servicios, entre otros.
De otro lado, evaluar el perfil de riesgo de los proveedores y, según ese nivel, aplicar los controles y exclusiones necesarias. Por ejemplo, para que, si así lo deciden, ciertas marcas no sean usadas en los corazones de las redes o en instalaciones militares o gubernamentales.
Y finalmente, que exista multiplicidad de proveedores y tecnologías, para que los países no tengan que dependen exclusivamente de una única marca.
La decisión tomada por Europa es un camino que seguramente otros países tomarán para poder apropiar la tecnología de la asiática, una de las más avanzadas, según evaluaciones independientes, en materia de 5G e inteligencia artificial, tecnologías que dominarán pronto las telecomunicaciones en todo el mundo.