Las empresas trabajan a contra reloj para poner a punto sus sistemas informáticos

El COVID-19 o nuevo coronavirus avanza imparable por todo el mundo y ya deja su huella en España. Los contagiados ya superan el millar y la cifra de fallecidos sigue aumentando. El aumento de la cifra de contagiados ha llevado a las grandes compañías a plantear el teletrabajo en España.

En España sólo el 4,3% de los ocupados trabajaba habitualmente desde casa, según los datos de Eurostat de 2018, frente al 5,2% de la media europea. Este 2020 pasa la prueba de fuego.

«Esto puede ser una oportunidad, porque si esto llega a obligar a trabajar remotamente, entonces se va a ver de verdad en qué puestos se puede, en qué puestos no, en qué puestos», explica Alberto Fernández, director de Desarrollo de Negocio y portavoz de TeamViewer en España.

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España, según Eurostat, está muy por debajo de la adopción del teletrabajo y existe un grueso de empresas de servicios que trabajan en oficinas, en su mayoría, pymes no están tan preparadas. «Los trabajadores necesitan saber que el teletrabajo es una extensión de la oficina en su casa», destaca Angel Sopeña, CEO de Bluecell.

Esta falta de cultura de teletrabajo está provocando un pequeño terremoto digital. «En un par de horas, un ministerio grande de España ya podría estar trabajando remotamente», apunta Fernández.

En las últimas semanas, las empresas españolas están contactando con sus proveedores tecnológicos para poner a punto sus softwares para apuntalar la tecnología. «Al principio se ve como un premio, pero desde la empresa hacemos ver que hay que seguir unos protocolos de seguridad tanto a nivel técnico como de riesgos laborales», detalla el CEO de Bluecell.

Uno de los puntos más calientes es la brecha de seguridad. El lanzamiento del teletrabajo pone a prueba la fiabilidad de redes virtuales privadas (VPN) y, sobre todo, licencias de programas informáticos para teletrabajo.

La conexión remota de Teamviewer está «asegurada, nadie va a entrar», asegura Alberto Fernández. «Te garantizamos que en esa conexión no va a entrar nadie es incluso superior a una VPN», añade.

« Existen más riesgos cuando el trabajador se conecta desde fuera de la oficina, ya sea desde el domicilio propio o incluso desde otros lugares, como una cafetería; primero, porque normalmente se conectará desde su propio equipo, que probablemente no cuente con los estándares exigidos por las políticas de seguridad de la organización y, sobre todo, porque no lo hará a través de una conexión completamente segura, como una VPN», puntualiza Josep Albors, responsable de concienciación de ESET España.

«Además, los equipos deben estar actualizados, con los parches de seguridad aplicados, con las soluciones de antivirus también actualizadas y con sistemas de gestión que permitan las conexiones seguras desde fuera de la red, ya que muchas aplicaciones críticas no permiten accesos remotos», añade Albors.

Por cuestiones legales, las empresas deben garantizar que todos los programas que sus empleados usan en su hogar tienen las correspondientes licencias.

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