La empresa Cortical Labs anunció un hito en la historia de la tecnología: el lanzamiento de Cortical Cloud, el primer «ordenador biológico» que integra células cerebrales vivas con chips electrónicos.
Este avance de la empresa australiana Cortical Labs promete transformar la manera en que entendemos la inteligencia artificial, presentando una alternativa más eficiente, con menor consumo energético y un enfoque completamente innovador en comparación con las tecnologías actuales. La nueva máquina, que se conoce como inteligencia biológica sintética (SBI), tiene el potencial de abrir nuevas puertas a una serie de avances científicos y tecnológicos. El CL1 funciona como un híbrido entre tejido nervioso vivo y electrónica.
En su núcleo, las neuronas, que se cultivan en laboratorio, se colocan sobre una placa especial hecha de metal y vidrio, conocida como matriz de electrodos. Este dispositivo cuenta con 59 electrodos microscópicos que leen y estimulan las señales neuronales mediante impulsos eléctricos. Este proceso da lugar a una red estable que simula, en pequeña escala, el funcionamiento de un cerebro. Lo que hace que esta tecnología sea única es su capacidad de autoaprendizaje, en la que las neuronas, de forma autónoma, establecen conexiones entre los electrodos, tal como ocurre en un cerebro real.
Una característica impresionante de este dispositivo es que no requiere computadoras externas. Todo el sistema necesario para su funcionamiento está integrado en la unidad. Cada dispositivo CL1 incluye un ordenador que permite a los científicos controlar, en tiempo real, las tareas asignadas a la red neuronal y observar la actividad neuronal. Además, se puede conectar con cámaras, dispositivos USB y otros equipos para enriquecer los experimentos.
La placa de neuronas, que se mantiene en una unidad sellada de soporte vital, permite que las células vivan hasta seis meses, proporcionando un entorno en el que las conexiones entre las neuronas se pueden observar de manera continua. El CL1 no solo es un avance en términos de tecnología, sino que también abre la puerta a una ciencia más ética. Al sustituir los animales de experimentación, este dispositivo ofrece la posibilidad de estudiar las respuestas neuronales de una forma mucho más precisa y humana.
Este enfoque podría ser clave para avanzar en la investigación médica, ya que los científicos pueden usar el CL1 para estudiar cómo las neuronas reaccionan a nuevos fármacos o para modelar enfermedades, ayudando a identificar sus causas. Además, la larga vida y autonomía de las neuronas en el sistema permiten realizar estudios que se extienden durante varios meses, ofreciendo una oportunidad única para investigaciones a largo plazo.Otro de los aspectos sorprendentes del CL1 es su eficiencia energética.
A diferencia de los servidores tradicionales de inteligencia artificial, que consumen grandes cantidades de energía, el CL1 utiliza muy poca electricidad. Por ejemplo, un solo servidor que integre 30 unidades de CL1 consume solo entre 850 y 1,000 vatios, lo que equivale al consumo de 10 bombillas. Esta característica no solo hace al CL1 más sostenible, sino también más accesible.
Cortical Labs ha anunciado que planea lanzar comercialmente el CL1 a finales de este año, con un precio estimado de 35,000 dólares por unidad. Esto representa menos de la mitad del costo de tecnologías similares en el mercado, lo que podría facilitar su adopción tanto en el ámbito académico como en el industrial. Con esta tecnología, Cortical Labs no solo está revolucionando la computación, sino también allanando el camino para un futuro en el que la biología y la electrónica trabajen juntas para impulsar avances científicos sin precedentes.
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